VIAJE A LO DESCONOCIDO por Lautaro Fulio
Éramos un grupo de turistas. Diez personas. Todos adolescentes. Nos dirigíamos a un hotel para instalarnos y quedarnos una semana. Todo esto, sólo para comprobar algo casi imposible. Según los rumores, una casa abandonada cerca del hotel donde íbamos, estaba embrujada.
Al principio, pensábamos que era sólo una broma. Pero unos días después, teníamos nuestras dudas. Así que, decidimos hacer este viaje turístico.
Todos nos conocíamos. Éramos buenos amigos. Cuando llegamos al hotel, ya era de noche. Lo único que queríamos era dormir. Al día siguiente, cuando ya era hora del desayuno, me levanté, me vestí lo mas rápido que pude, y fui directamente al comedor. Todos ya estaban abajo. Después de desayunar, lo único que queríamos hacer era empezar la investigación. Ya íbamos caminando. Casi llegando a la puerta principal de la casa, encontramos a un policía vigilando. No nos permitió el paso y yo le pregunté: -¿por qué? - , y el policía me dijo: - porque hubo un posible suicidio desde la terraza, según la policía científica-. Quedamos sorprendidos, y pensábamos que habría sido alguno que se animó a entrar. Con lo sucedido, nuestras ganas de entrar eran menos. Pero eso no nos detuvo. Al tercer día, fuimos de nuevo. El policía ya no estaba más. Tuvimos la oportunidad de ingresar. Cuando entramos vimos que todo era viejísimo, y con cada paso que dábamos, la madera del piso crujía. En ese momento oíamos pasos de otra sala. Seguíamos adelante investigando. Encontramos un diario, que decía “En esta casa vivió una familia llamada los McReary”. Leyendo, vimos que era una familia de lo más normal. Pero luego, hubo conflictos entre ellos.
Mientras mirábamos el diario tres amigos desaparecieron de la nada. Ni un solo ruido.
Nos dividimos en dos grupos para buscarlos. Un grupo era de cuatro personas. Otro, de tres. Yo estaba en el de tres.
Luego de una larga búsqueda, no los encontramos más. Ni siquiera pudimos encontrar el otro grupo de cuatro personas.
En una habitación encontramos un revólver, y nos preguntamos qué hacía eso ahí. La única teoría por la cual había un revólver, era que los McReary se querían defender de algo en la casa. Tendría que ser algo con vida como para dañarlo con un revólver. Luego oímos unos gritos aturdidores, y fuimos a ver qué era. Por las dudas, me llevé el revolver. Cuando llegamos, vimos que era el sótano. Vimos algo espeluznante. Siete cadáveres. Eran nuestros amigos. De la nada, aparecieron criaturas horribles. Pero eran caníbales. Lo único que pude hacer, fue disparar y correr.
Éramos un grupo de turistas. Diez personas. Todos adolescentes. Nos dirigíamos a un hotel para instalarnos y quedarnos una semana. Todo esto, sólo para comprobar algo casi imposible. Según los rumores, una casa abandonada cerca del hotel donde íbamos, estaba embrujada.
Al principio, pensábamos que era sólo una broma. Pero unos días después, teníamos nuestras dudas. Así que, decidimos hacer este viaje turístico.
Todos nos conocíamos. Éramos buenos amigos. Cuando llegamos al hotel, ya era de noche. Lo único que queríamos era dormir. Al día siguiente, cuando ya era hora del desayuno, me levanté, me vestí lo mas rápido que pude, y fui directamente al comedor. Todos ya estaban abajo. Después de desayunar, lo único que queríamos hacer era empezar la investigación. Ya íbamos caminando. Casi llegando a la puerta principal de la casa, encontramos a un policía vigilando. No nos permitió el paso y yo le pregunté: -¿por qué? - , y el policía me dijo: - porque hubo un posible suicidio desde la terraza, según la policía científica-. Quedamos sorprendidos, y pensábamos que habría sido alguno que se animó a entrar. Con lo sucedido, nuestras ganas de entrar eran menos. Pero eso no nos detuvo. Al tercer día, fuimos de nuevo. El policía ya no estaba más. Tuvimos la oportunidad de ingresar. Cuando entramos vimos que todo era viejísimo, y con cada paso que dábamos, la madera del piso crujía. En ese momento oíamos pasos de otra sala. Seguíamos adelante investigando. Encontramos un diario, que decía “En esta casa vivió una familia llamada los McReary”. Leyendo, vimos que era una familia de lo más normal. Pero luego, hubo conflictos entre ellos.
Mientras mirábamos el diario tres amigos desaparecieron de la nada. Ni un solo ruido.
Nos dividimos en dos grupos para buscarlos. Un grupo era de cuatro personas. Otro, de tres. Yo estaba en el de tres.
Luego de una larga búsqueda, no los encontramos más. Ni siquiera pudimos encontrar el otro grupo de cuatro personas.
En una habitación encontramos un revólver, y nos preguntamos qué hacía eso ahí. La única teoría por la cual había un revólver, era que los McReary se querían defender de algo en la casa. Tendría que ser algo con vida como para dañarlo con un revólver. Luego oímos unos gritos aturdidores, y fuimos a ver qué era. Por las dudas, me llevé el revolver. Cuando llegamos, vimos que era el sótano. Vimos algo espeluznante. Siete cadáveres. Eran nuestros amigos. De la nada, aparecieron criaturas horribles. Pero eran caníbales. Lo único que pude hacer, fue disparar y correr.
***
*
la muerte con una manzana
Un día, paseaba por la vereda de la casa de los Armón, unos vecinos muy raros, cuando escuché gritos de una mujer. Esto me asustó muchísimo ya que nunca escuché un grito tan fuerte, y lo que decía era muy raro: “POR FAVOR NO ME MATES, NO ME MATES CON ESA…” y justo cuando iba esta chica a decir con que la estaba puntando parece que la asesinó.
Yo asustada, fui a decirle a la policía para que averigüe qué fue lo que sucedió pero la única respuesta que recibí fue “NO PODEMOS AVERIGUAR PORQUE TENEMOS COSAS QUE HACER”. Eso me enojó tanto que decidí averiguar por mi cuenta. Fui a la casa de los Armón, que estaba vacía porque estaban de vacaciones, encontré manchas de sangre azul y comencé a temer por mi vida. Luego de estar un rato ahí adentro escuché pasos de la habitación de arriba y decidí subir a ver quién era. Al llegar a la habitación no encontré a nadie y bajé a seguir investigando. De repente, entré a la cocina y vi una manzana cubierta de sangre azul, y lo primero que pensé era que la chica antes de morir tenía hambre y comió la manzana pero se me hizo un poco raro porque… estaba manchado de sangre. Luego volví a mi casa para pensar y luego recordé que cuando entré a la casa no encontré ningún cuerpo y el asesino no se llevó el cuerpo, sino que lo dejó ahí.
Seguí insistiendo con la policía para que investiguen el asesinato y esta vez me escucharon. Les dije lo que vi y me aseguraron que estaba loca ya que no encontraron nada, ni siquiera la manzana. Luego, todos los vecinos me miraban con cara mala y me dijeron que era una mentirosa.
Yo seguí entrando y averiguando en la casa y cada vez que iba encontraba la manzana arriba de la mesa hasta que un día, me cansé de ser una loca que agarré la manzana y la llevé a la comisaría. Cuando les mostré la manzana volvieron a la casa a averiguar y no encontraron ninguna pista. Luego de eso decidí buscarlas yo.
Llegué a la casa y de repente estaba el cuerpo de la joven asesinada y la manzana juntas. Me agarró mucho miedo pero escuché pasos en el piso de arriba así que subí a ver qué era y de repente aparece el señor Armón con esa misma manzana manchada de sangre azul y lo primero que pensé es que era el asesino. El me juró que no así que le creí.
Cuando el señor Armón me preguntó qué hacía en su casa le dije que había visto a una mujer que la estaban por asesinar y él me dijo que era una obra de teatro.
Desde ese momento el hombre me dijo que esa chica estaba actuando para su obra de teatro “LA MUERTE CON UNA MANZANA” que una hormiga mataba a una mujer con una manzana.
Agustina Tula
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