QUIERO IR A CASA
ERA LUNES A LA MAÑANA Y YA ESTABA LISTO PARA IRSE AL CAMPAMENTO.
Partían desde Ballester hasta Santa Teresita. Entraron al micro y Juli , una chica de 13 años , se sentó con Pancho, un chico de su misma edad, mientras que atrás se sentaron Natalia, una chica de 12 años, con Matías, también de su misma edad, entre otros.
Durante el viaje hicieron dos paradas, todos estaban muy ansiosos, no querían más paradas, sólo querían llegar ya. Después durmieron el resto del viaje. Cuando llegaron, rápidamente, les asignaron las cabañas: Juli, Nati, Pancho y Martín quedaron juntos. Cuando entraron a la cabaña notaron algo muy extraño, escucharon ruidos que venían de la cocina, eran las cacerolas que se movían. Fueron a investigar con linternas, cuando llegaron, las linternas se empezaron a prender y a apagar, de pronto escucharon una voz que les decía si quieren conservar sus vidas váyanse de aquí. Los chicos asustados fueron a decirle al guardabosques pero no les creyó por más grande que sea el intento, les dijo que se fueran a dormir, y los chicos temblando le hicieron caso y fueron a sus cabañas. El fantasma los siguió atemorizando.
Al día siguiente, después de una noche con mucha lluvia y casi sin dormir, sin hacer ruido fueron a la cocina, de repente escucharon un voz y un grito muy extraño medio parecido al de ayer y aterrorizados, asustados siguieron .
Luego vieron una sombra y salieron corriendo a avisarle al guardabosques y esta vez les creyó. Cuando éste llegó a la cocina, ya no había ningún fantasma, molesto y enojado los retó y nunca más les creyeron .
Sus amigos deprimidos y asustados se fueron y trataron de olvidar todo lo visto y siguieron así hasta que terminó el campamento.
Durante el viaje hicieron dos paradas, todos estaban muy ansiosos, no querían más paradas, sólo querían llegar ya. Después durmieron el resto del viaje. Cuando llegaron, rápidamente, les asignaron las cabañas: Juli, Nati, Pancho y Martín quedaron juntos. Cuando entraron a la cabaña notaron algo muy extraño, escucharon ruidos que venían de la cocina, eran las cacerolas que se movían. Fueron a investigar con linternas, cuando llegaron, las linternas se empezaron a prender y a apagar, de pronto escucharon una voz que les decía si quieren conservar sus vidas váyanse de aquí. Los chicos asustados fueron a decirle al guardabosques pero no les creyó por más grande que sea el intento, les dijo que se fueran a dormir, y los chicos temblando le hicieron caso y fueron a sus cabañas. El fantasma los siguió atemorizando.
Al día siguiente, después de una noche con mucha lluvia y casi sin dormir, sin hacer ruido fueron a la cocina, de repente escucharon un voz y un grito muy extraño medio parecido al de ayer y aterrorizados, asustados siguieron .
Luego vieron una sombra y salieron corriendo a avisarle al guardabosques y esta vez les creyó. Cuando éste llegó a la cocina, ya no había ningún fantasma, molesto y enojado los retó y nunca más les creyeron .
Sus amigos deprimidos y asustados se fueron y trataron de olvidar todo lo visto y siguieron así hasta que terminó el campamento.
BAHL
BELIZAN
ESPIÑEIRA
MERETA
AIUTO
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Crónicas de un forastero
Una tarde muy tranquila en el pueblo de Mississippi, el capitán Francis Mandao se paseaba en su velero gris. El capitán era conocido en su pueblo como el rey de los barcos; tenía barcos de todos formas y colores. Pero… ¿Cómo hacía para tener esos barcos, si, al parecer, no trabajaba? Un chismoso detective con demasiado tiempo libre decidió investigar el caso. Descubrió que lo único que hacía era dormir y pasearse por sus millones de barcos. Supuestamente por las noches salía a navegar. El detective dijo: “¡Caso cerrado! Esta historia ya pasó al lugar de los casos sin respuesta”.
Un día el capitán vio a un sujeto medio extraño navegando con un hermoso barco por el medio del río Misisipi. El capitán se entusiasmo al ver ese lujoso barco y a la noche siguiente salió de paseo…
Por la mañana siguiente el forastero despertó y se dio cuenta de que su barco nuevo ya no estaba… inmediatamente informó a la policía, que no encontró al ladrón.
Días después, el forastero llamado Jhon Eisen, decidió hacer justicia por mano propia.
Mientras tanto el capitán estaba en el barco más nuevo tomando un champagne, lo que no sabía era que Jhon estaba camino a su cabaña. En pocos minutos llegó y lo encotró dentro de su barco. Comenzó una discusión que derivó en una terrible pelea. Un mal empujón de Jhon hizo que el capitán cayera al agua y se arrancara una oreja con un mástil. Su cuerpo fue devorado por las pirañas pero la oreja quedó en un rincón del barco.
Los habitantes del pueblo comenzaron a notar algo extraño: todas sus conversaciones incluso las más secretas era publicadas en el periódico local. El pueblo estuvo alborotado durante meses.
Entró en acción el inepto detective, que nunca llegó a descubrir que la autora de las publicaciones era la oreja de Francis Mandao que había cobrado vida fantasmal y así había vengado su muerte.
Una tarde muy tranquila en el pueblo de Mississippi, el capitán Francis Mandao se paseaba en su velero gris. El capitán era conocido en su pueblo como el rey de los barcos; tenía barcos de todos formas y colores. Pero… ¿Cómo hacía para tener esos barcos, si, al parecer, no trabajaba? Un chismoso detective con demasiado tiempo libre decidió investigar el caso. Descubrió que lo único que hacía era dormir y pasearse por sus millones de barcos. Supuestamente por las noches salía a navegar. El detective dijo: “¡Caso cerrado! Esta historia ya pasó al lugar de los casos sin respuesta”.
Un día el capitán vio a un sujeto medio extraño navegando con un hermoso barco por el medio del río Misisipi. El capitán se entusiasmo al ver ese lujoso barco y a la noche siguiente salió de paseo…
Por la mañana siguiente el forastero despertó y se dio cuenta de que su barco nuevo ya no estaba… inmediatamente informó a la policía, que no encontró al ladrón.
Días después, el forastero llamado Jhon Eisen, decidió hacer justicia por mano propia.
Mientras tanto el capitán estaba en el barco más nuevo tomando un champagne, lo que no sabía era que Jhon estaba camino a su cabaña. En pocos minutos llegó y lo encotró dentro de su barco. Comenzó una discusión que derivó en una terrible pelea. Un mal empujón de Jhon hizo que el capitán cayera al agua y se arrancara una oreja con un mástil. Su cuerpo fue devorado por las pirañas pero la oreja quedó en un rincón del barco.
Los habitantes del pueblo comenzaron a notar algo extraño: todas sus conversaciones incluso las más secretas era publicadas en el periódico local. El pueblo estuvo alborotado durante meses.
Entró en acción el inepto detective, que nunca llegó a descubrir que la autora de las publicaciones era la oreja de Francis Mandao que había cobrado vida fantasmal y así había vengado su muerte.
agusfree96
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