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((cuentosquedanmiedito......................
la nena del altillo
fotos: Luz Sirni (www.flickr.com/photos/luzieq/)
A veces cuando duermo por la noche me despierto aterrado porque escucho los ruidos. Cuando duermo la siesta esto no sucede. Es como si la noche los trajera. Mi mamá y mi tío dicen que todo es producto de mi imaginación. Pero a mí me parece que no es eso. Me parece que ellos saben que yo sé que hay alguien en el altillo. Y esto viene sucediendo hace tiempo porque mi mamá nunca me deja subir al altillo. Hace dos años cuando estábamos jugando con mi vecina Martina, las dos vimos que una cara se asomó por la ventanita que da al patio trasero.
Esa ventanita es la única que tiene el altillo.
A Martina la pusieron en penitencia una semana por inventar, pero mi mamá no me dijo nada porque según mi tío, era mi mamá la que se asomó esa tarde. Pero los tres y Martina sabemos que no era mi mamá. Porque la cara que vimos era de una chica con el rostro muy blanco, muy pálido. Al principio temía bastante esos ruidos que se escuchan siempre igual, primero son cortos pasitos de un lado a otro, después parece como si alguien enloqueciera y corriera por todo el altillo, ahí sí que me da miedo, entonces a veces yo prendo la luz y dejan de escucharse. Ahora ya no me asustan tanto, he aprendido a vivir con ellos. Mi tío la otra vez le contaba a unos amigos que yo tenía visiones y que lo me pasa con los ruidos es cosa de los chicos, pero ya yo no soy tan chica, ya voy a quinto grado y los ruidos se siguen escuchando. Esto se lo conté sólo a Giuliana que es mi compañera de banco pero ella tampoco me cree mucho… yo extraño a Martina, ella sí que me creía porque la vio, pero Martina se mudó y ahora no la veo más. Un día voy a subir cuando tenga más edad y voy a ver quién anda por ahí. Yo sé que mi familia se va a enojar, sobre todo mi tío que es tan bueno conmigo. Pero no me importa porque yo sé que ellos me mienten. Algo hay ahí arriba y me parece que es una nena y ya debe ser grande como yo o un poco más.
No comprendo por qué está encerrada, los chicos no debemos estar encerrados.
A veces me apena bastante como la semana pasada cuando escuché que lloraba ahí arriba, entonces me acerqué y le dije por la cerradura que siempre está oscura, que un día yo la iba a sacar. Al instante no se escucharon más los llantos.
crónicas del Capitán Buscapié
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